Una sensación que tengo en mi vida es la de alguien enormemente afortunado y bendecido.
Tengo presente este pasaje (Lc 17, 5-10):
Somos siervos inútiles, sólo hemos cumplido nuestro deber.
Sin embargo, aún más, tengo presente este otro de Juan (Jn 15, 12-17):
Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace el amo. A vosotros os he llamado amigos porque os comuniqué cuanto escuché a mi Padre.
Esta canción de Marcos Vidal, titulada Cara a Cara, me hace sentir este asombro por poder participar como amigo de un banquete al que me siento invitado, sin saber bien por qué…
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=OKNUdCzFVU8]
Deja una respuesta